viernes, 15 de abril de 2016

Una llave con pies (Capitulo 4)

Capítulo 4


El señor se encontraba recogiendo las pequeñas ramas, luego de haber podado  cada mata del jardín.
− ¡Ramón!, Limpiando las flores –dijo Sofía, parada a unos metros de él.
El jardinero dejó de recoger las hojas, y se acercó a su jefa.
−Así es, señora. Hoy le tocaba mantenimiento al jardín. Acostumbro hacerlo todos los domingos.
−Me parece bien, Ramón. Pero me encuentro aquí molestándote por otro motivo.
−Dígame señora, para que soy bueno. Ah y no es ninguna molestia –expresó Ramón.
− ¿Sabes donde esta la llave del auto?
−No  patrona –respondió inmediatamente−. ¿Porque cree usted, que yo las pueda tener?
−Por Mabel.
−Mabel, le dijo eso –expresó asombrado el jardinero.
−Sí. Ella misma. Me dijo que anoche, usted lavó el auto. ¿Es eso verdad?
−Sí señora, tiene usted razón, pero luego de estacionar el auto en la cochera, dejé la llave, donde siempre: en la mesita de la sala.
− ¿Y no te has fijado si te las llevaste a tu habitación, sin darte cuenta?
−No señora. Estoy segurísimo que la dejé en la sala.
−Si usted, ni Mabel, ni mis hijos, tomaron la llave. ¿Entonces donde estará esa llave con pies? –habló para si misma Sofía.
−Esta bien, Ramón, ven conmigo. Ayúdame a buscar esa llave.
−Voy patrona, pero antes déjeme ir a mi recamara a cambiarme de ropa, que esta ya esta sucia.
−Entonces ve, Ramón. Te espero en la sala.

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