ESTEBAN CONTACTA A SUS HIJOS
Al día siguiente, Esteban realiza
una llama al celular de su hijo, a las seis de la tarde. Gabriel se encuentra
en la sala de su casa.
−Gabo,
¿cómo estás hijo?
−«Bien Papá, ¿como estás tú?, ¿cómo te va en el
trabajo?»
−No muy bien. Estuve en el hospital.
−«En el hospital, ¿y qué te pasó?»
−Estoy recuperándome,
alguien intentó matarme.
−«Ya voy para allá,
dígame donde está, ¿mi mamá y Katrina ya saben?»
−Hijo no te puedo decir
donde estoy, tampoco a tu mamá y Katrina.
− « ¿Pero porque papá?»
Esteban cierra la llamada. Gabriel quiere comentarle
a su hermana lo ocurrido, ya que ella está en la recamara, y cuando se dispone
a salir de la casa, Leonel entra a la casa. Esto deja a Gabriel desconcertado.
−Papá, ¿Te encuentras bien? –Le pregunta Gabriel.
− ¡Si claro! ¿Porque lo dices?
Gabriel se queda mirando
fijamente a quien cree es su padre.
− ¡Pero si hablé
contigo por el celular!
−No sé de qué estás
hablando.
− ¿Y entonces quién me
llamó?
−No sé hijo –es lo que
se le ocurre responder, y sube las escaleras hacia el segundo piso.
Gabriel supone que su papá se estaba volviendo loco,
o perdiendo la memoria, por inventar algo y al rato aparecer en la casa sin un
rasguño en el cuerpo.
***
Esteban,
necesita crearle dudas a su familia, acerca del hombre que está en la casa. Ya
lo ha hecho con su esposa, aunque la señora Martha fue quien lo había llamado
por casualidad. También ha hablado con Gabriel, solo le falta su hija, Katrina.
Minutos
después de haber hablado con su hijo Gabriel, Esteban realiza una llamada al celular
de Katrina:
−Buenas tardes papá, ¿necesitas algo?
−« No Keiti, solo
quería saber cómo estabas.»
−Papá, si quieres hablar conmigo puedes venir a mi
cuarto.
−«No puedo hija, estoy
recuperándome de un incidente»
− ¿Incidente?, ¿pero con quien estoy hablando señor?,
mi papá está con mi mamá en este momento en su recámara. ¿Y cómo es que usted
tiene su número celular?, ¿se lo robó?, ¿dígame?
−«Hija en este momento
no puedo explicarte nada…»
− ¡Hija!, ¡pero cómo se
atreve!, usted está demente.
Responde Katrina eufórica, seguido cuelga la
llamada.
Esteban lamenta la forma como está
contactando a su familia, pero cree que Dios le está enviando una señal. Una
señal que lo ha llenado de valor, sin temor a futuras represalias. Él solo
quiere recuperar a su familia.
Katrina sale de su recámara y camina hacia el cuarto
de sus padres. Espera unos segundos y llama a la puerta. Al rato su madre le
abre.
−Dime hija, ¿te encuentras bien?, te noto
preocupada.
−Si mamá estoy bien, ¿está mi papá? −aunque ha dicho estar
bien, su semblante muestra todo lo contrario.
−Si hija aquí estoy −contesta Leonel,
saliendo del baño.
−Papá,
¿tu teléfono lo dejaste en el trabajo?, ¿o se te extravió? –pregunta, bajando el
tono de la voz.
−Hija lo que pasa es que fui a un restaurante,
cuando regresé a la oficina me percaté que no lo tenía conmigo, y cuando volví
al restaurante por el móvil, ya no estaba, pregunte por él, y nadie allí me dio
respuesta, así que lo di por perdido.
− ¿Y cuando nos pensabas
decir papá?
− ¿Hija, que pasa con
el teléfono de tu papá? −pregunta la señora Martha
−Mamá, que me llamó un
señor hace un rato al teléfono para molestar.
− ¿Hija y que te dijo
ese señor? –pregunta Leonel.
−Que era mi padre, lo pueden creer. No sé
qué demente tiene tu celular papá.
− ¡No puede ser! –se
rasca la cabeza Leonel.
− ¿Qué pasa? –le pregunta Martha preocupada
−Que a Gabriel también
lo llamó un hombre, diciendo que era su padre. Creo que es el mismo que llamó a
Katrina, y que también te llamó a ti Martha.
Martha hace un gesto de aprobación, moviendo su
cabeza. Leonel baja con Katrina y Martha hacia la sala. Gabriel no se encuentra
allí, por lo tanto, Leonel le pide a Katrina que lo busque, y lo lleve hasta
allí. Cuando está la familia completa, Leonel les dice:
−Bien, ahora que todos están aquí quería decirles
que, no se preocupen. Ese hombre que los llamó, debe ser alguien que tiene mi teléfono
celular, y que solo está dedicándose a molestar. Ahora mismo me encargaré de
este asunto, mandaré clausurar la línea.
Todos asienten, esperando que se encargue
prontamente de ese asunto.
−Pero papá, como explicas que conoce mi apodo
–expresa Katrina−. ¡Y el mío! –añade Gabriel.
−Ese tiene que ser un demente, ¡ciertamente!...entonces
para quitar a este sujeto de nuestras
vidas, les pido que todos cambien de número de celular.
−Papá, ¿y crees que eso solucionará todo?, ¿qué tal
que sea una persona que nos conozca?, que te conozca a ti, no nos podríamos librar
fácilmente de ese desconocido –expone Katrina.
−Hija tranquila, no creo que sea para tanto, ¡estás
exagerando!, cualquiera molestia de más, yo mismo me encargaré de denunciarlo a
la policía.
−Esperemos que sea así papá –dice Gabriel.
Martha se dirige a su recamara. Gabriel comienza a
subir las escaleras, le sigue Leonel y por ultimo Katrina.